domingo, 17 de agosto de 2014

Robin Williams


SIEMPRE CON NOSOTROS


Tras la amarga partida de actores como Paul Walker, Heath Ledger, Philip Seymour Hoffman …  otra gran estrella que nos deja es  Robin Williams; un modelo a seguir, en cuanto a profesional se refiere (ya que tuvo problemas con el alcohol, las drogas, contrajo matrimonio en tres ocasiones, murió suicidado…), que zarpa cuando el séptimo arte más lo necesitaba. El cine precisa de actores que realicen tesoros que no dejen de asombrar, y no individuos que se dediquen a entretener a la gente y se hagan llamar artistas.


 

Aunque me cueste en exceso admitirlo, ya que hay otros muchos que también me han marcado a lo largo de mi vida (Buster Keaton, Jack Lemmon, James Stewart, Clint Eastwood, Jack Nicholson, ... ), me atrevo a afirmar que Robin Williams posiblemente ha sido el actor que más me ha transmitido, enseñado e, incluso, ayudado. Un artista que ha estado en los momentos más importantes de mi vida desde la infancia (Flubber y el profesor chiflado, Señora Doubtfire, … ) hasta la madurez (El indomable Will Hunting, El club de los poetas muertos, … ). Un ser prodigioso capaz de educar a la gente por medio de una serie de insospechables actuaciones, que, al fin y al cabo, es el primordial propósito de este arte.

Este inigualable personaje me ha indicado que hay cosas más importantes que el dinero, la fama y, hasta, los estudios, como, por ejemplo, la amistad, el amor y la persecución de tus sueños sobre cualquier cosa. Aunque la mayor enseñanza para mí sea que, por encima de todo, hay que aprender a pensar y actuar conforme a tus ideales y no dependiendo de lo que puedan opinar los demás; viviendo y saboreando cada momento como si fuera el último, ya que cada uno de ellos define quién, en realidad, eres. Películas que te incitan a abrir la mente y hacerte reflexionar para que seas capaz de crear tu propio pensamiento, sin dejarte dominar por las masas, mediante la escucha a los demás, la lectura, por ejemplo de poesía ,… siendo tú quien escoja las doctrinas (o ideas) que quieres cultivar y practicar. Para que, a fin de cuentas, seamos, como diría mi mejor amigo, libres pensadores.

Y el cruel día  llegó. El 11 de agosto de este mismo año, 2014, iba a publicarse la impactante y, a su vez, dolorosa noticia … Robin Williams había sido hallado muerto en su domicilio. Y he de reconocer que, en un principio, no me lo podía creer; una persona que había significado tanto para mí no me podía dejar tan pronto y con una despedida tan amarga, un suicidio. Se me hace sumamente duro ver la marcha de un referente que, aunque no conociera en persona, había sido crucial en mi vida. Una eminencia del cine que nos deja oraciones como éstas: “solía pensar que la peor cosa en la vida era terminar solo. No lo es. Lo peor de la vida es terminar con alguien que te hace sentir solo”, “no leemos y escribimos porque sea tierno. Escribimos y leemos poesía porque somos miembros de la humanidad, y la humanidad rebosa pasión. Medicina, leyes, administración, ingenierías son muy nobles y necesarias para sostener la vida, pero la poesía, la belleza, el romance, y el amor son por los que vivimos.”, “Robert Frost dijo: dos caminos se abrieron ante mí, pero tomé el menos transitado y eso marcó la diferencia”, o, la que más me impactó: “no eres perfecto, amigo. Y voy a ahorrarte el suspense. La chica con la que sales tampoco es perfecta. Lo único que importa es si sois perfectos como pareja”. Unos mensajes que dejan ensimismado y pensativo a cualquiera. Mensajes imprescindibles para toda la vida, que aconsejan y construyen como ser humano.


 

Probablemente si decidiese ver filmes, en estos momentos, como Flubber y el profesor chiflado, Señora Doubtfire, Jumanji, Aladdin o Noche en el museo no me transmitirían apenas emociones, pero, en su momento, cuando estaba descubriendo el cine, lo que me proporcionaban … era mágico. Y si en mis inicios hubiese contemplado joyas como El indomable Will Hunting o El club de los poetas muertos no habría sabido valorar lo asombroso que era lo que estaba contemplando y no me habría cambiado como lo hace ahora; cada cinta tiene su momento. Se trata de un genio que tiene trabajos para todos los gustos y edades, en los que jamás te dejará indiferente. Lo más característico de éste es que actúa de un modo tan sencillo y natural que sabe congeniar con todos sus compañeros y con todo el público al que se dirige. Películas que invitan a la reflexión haciéndote plantear la vida y mirarla desde otra perspectiva.

En mi adolescencia estas dos últimas realizaciones me han instruido muchos de los principios bajo los que ahora me rijo y me hacen ser el hombre que soy (ganando ambas el Premio de la Academia al mejor guión original, aparte de otros muchos logros). Son dos increíbles trabajos que tienen la finalidad de hacer pensar al espectador y de transmitir una serie de valores. Son películas que han sido elaboradas con el propósito de enseñar, guiar y formar, no de distraer simplemente.

El indomable Will Hunting y El club de los poetas muertos, junto con Qué bello es vivir y La vida es bella, son las obras de arte que, para mí, mejor demuestran que merece la pena ser feliz luchando por alcanzar sueños y disfrutando cada instante en este valle de lágrimas; unas críticas impresionantes que provocan que en los momentos más duros logres sacar fuerzas que desconocías y que te empujan a comerte el mundo superando tus límites. Por esto considero que estas cuatro magistrales creaciones son esenciales para la formación de cualquier persona que pretenda ser culta.

Ha sido un magnífico cineasta cuyo trabajo y esfuerzo se han visto recompensados con grandes reconocimientos como, entre otros, el Oscar al mejor actor de reparto con El indomable Will Hunting, tres Globos de Oro al mejor actor de reparto con Señora Doubtfire, Good morning, Vietnam y El rey pescador, un Premio Cecil B. DeMille a la trayectoria profesional, y un Premio SAG al mejor actor de reparto con El indomable Will Hunting.

Reconozco a un majestuoso profesional, Capitán y Comecocos -como Will Hunting lo refería- que ha llenado el cine, y sobre todo mi vida, de ilusión, magia y esperanza. Le estoy muy gratificado por todo lo que me ha concedido durante estos años y por otorgarme el privilegio de haber crecido a su lado. Gracias a él, en gran parte, me he convertido en quien ahora soy.  Todos los cinéfilos, incluido yo ¡cómo no!, nos encargaremos de que tus hazañas perduren por siempre en la historia del cine.

Descansa en paz, maestro.

 
 
El portaminas negro.

3 comentarios:

  1. Muy buen artículo. La pérdida de Robin Williams fue un duro golpe para todos los que nos sentimos influenciados por la obra de este genio.
    Mientras vivamos en consonancia con lo que nos transmitió seguirá siempre entre nosotros

    Un saludo compañero,
    Adrià

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  2. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  3. Muchas gracias por leerme y dejar un comentario tan halagador.
    En realidad, cuando veo una de sus películas pienso en que no habrá más y, la verdad, me genera mucha lástima pero debemos quedarnos con todo lo que nos de, que fue imprescindible.

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